Celia Tejerina: para adelante tras un sueño

Hoy está compitiendo en el Mundial de Windsurf en Japón, es consciente de que lo que se disfruta es el camino, que se gana, pero que también se aprende de las caídas.

Te invitamos a conocerla un poco más.  Celia, veinteañera y estudiante de Ciencias Económicas, ya ha logrado metas que sin duda han requerido de toda su fortaleza mental y física.   Tuvo una importante participación en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro; hoy compite en el 2017 RS:X Windusurfing Championship, en Enhoshima, a 50 kilómetros de Tokio, Japón, junto a un representante masculino, oriundo de Córdoba, Mariano Reuteman.  

¿Cuáles son las características de la competencia?

La verdad es que vienen bastante complicadas respecto a como está el clima, el viento, las olas; llevamos dos días de competencia y hemos tenido muchas olas y poco viento; es una condición muy técnica y me veo un poco desfavorecida porque yo entreno en lagos y en el Río de la Plata, en el cual hay olas, pero no como en el mar.

Es un mundial de altísimo nivel, somos 70 chicas de todo el mundo, que son las mejores representantes de cada país.

¿Cuáles son los desafíos en esta competencia para vos?

Volver a entrar en ritmo, que lo había perdido, y a enfocar y apuntar de nuevo alos puntos a reforzar y volver a encaminarme para seguir entrenando y mejorando.

¿Cómo te preparaste para esta competencia?

La preparación fue un poco diferente a la que hago siempre, ya que este año estuve estudiando y entrenando a la vez. Fui a Buenos Aires a entrenar e hice la preparación física en Mendoza con los chicos de Remo en el Club Mendoza de Regatas. En agosto la delegación fue a Buzios, Brasil, para hacer la última puesta a punto.

¿Cómo te sentís representando a Mendoza y Argentina a tanta distancia?

Hace un año que no compito y es algo muy lindo, es una sensación indescriptible.

¿Cómo manejás  tus emociones vinculadas a la distancia y a la ausencia de tus afectos ?

Las emociones que se dan por la distancia llevan es un trabajo diario, que depende mucho del momento, de cómo esté la energía en el equipo, eso suma mucho;  así que trato de vivir el día a día, disfrutarlo y aprender, para después poder compartirlo cuando esté en mi casa con mi familia y amigos.

Me siento muy afortunada y agradecida de poder vivir esto. Siempre se extraña y es un punto que se trabaja día a día, no hay una fórmula.

Sos una atleta de elite ¿Cómo llegaste a ese nivel?

Llegué a ser una representante olímpica por motivación y pasión por lo que hago; dejé sin duda muchas cosas, estuve dos años y medio entrenando fuera de mi casa, volviendo una semana cada un mes o mes y medio, con mucho sacrificio. Se fueron dando distintos factores, mucha gente me acompañó, sin duda para empezar mi familia y cuando logré entrar en el equipo de la selección argentina empecé a recibir un poco más de apoyo de la Federación de Windsurf y del ENARD, que me permitió llegar a los Juegos Panamericanos en Toronto del 2015 y después los Olímpicos.

Sin sacrificio no se llega a nada. Soy muy consciente de que tuve que dejar muchas cosas entre ellas tiempo en la facultad, con mis amigas, con mi novio, con mi familia. En el momento hay que cerrar los ojos e ir para adelante detrás del sueño.

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¿Cuáles son tus próximos desafìos?

Son cuatro años duros de campaña olímpica, el objetivo es entrenar disfrutando,

¿Venís de una familia de deportistas destacados en otras disciplinas, qué es lo que te enamoró  del windsurf?

Empecé medio de rebote, con mi familia, como una forma de disfrutar el aire libre en Potrerillos los fines de semana, justo ese año había un proyecto de desarrollo nacional del Windsurf con vista a los Juegos Olímpicos Juveniles del 2010 y yo empezaba a navegar. Entré en el proyecto gracias a la Asociación Mendocina de Windsurf y de a poco me hice amistades, empecé a disfrutar del viento, de caerme al agua y de hacer fuerza.

Lo que más me enamora del deporte es el aprendizaje permanente, requiere mucho trabajo para progresar y avanzar y si uno no le dedica tiempo se va quedando. Y, sin dudas, estar en medio de la naturaleza , “la oficina es hermosa” las vistas más lindas son desde adentro del mar o en la cima de una  montaña.

Sos una deportista muy joven, ¿qué mensaje le darías a otros jóvenes que también sueñan con destacarse en su actividad?

Para empezar tienen que tener claro el objetivo, hacia dónde se va, y el plan para llegar. Creo que nada es imposible, siempre se puede llegar con perseverancia y constancia. Sin duda se tienen momentos en que uno quiere dejar todo, pero después que eso pasa, llega el disfrute y las sonrisas que  llenan de energía. A veces no se llega al objetivo, pero no hay nada peor que no intentarlo. Hay que disfrutar el camino, porque por ahí los objetivos pasan muy rápido, con mucho estrés y presión, hay que disfrutar todo para que no quede gusto a poco.